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lunes, 2 de mayo de 2011

Baires Forestal : Venta de Postes de Quebracho colorado labrados


    Postes Quebracho colorado : Mayorista y minorista

Somos productores de postes de quebracho colorado para alambrados rurales, origen Santiago del Estero,donde se encuntra nuestro obraje . Baires Forestal es un empresa familiar dedicada al abastecimiento de corralones, campo-haras,chacras,etc. con ventas mayoristas y minoristas. En Buenos Aires contamos con una oficina de venta directa al publico en la ciudad de Llavallol , ademas poseemos un amplio servicio de logistica para combinar entregas a todo el pais. Cualquier consulta comunicarse a los Tel.011-42316282 ó  011-1550538717 . Desde ya Muchas Gracias  .

                                                     Atte. Juan Pieta


  BF
Baires  Forestal
 
Luis pieta
Cel.1553333754
Tel.42316282

Quebracho colorado




El quebracho colorado es un árbol nativo de Sudamérica, muy apreciado por su madera, utilizada en ebanistería, y por su alto contenido en taninos. Crece en la zona oriental de la región chaqueña,Las propiedades curtientes del Quebracho Colorado fueron descubiertas en el año 1867 por Emilio Poisier, un curtidor francés que vivía en Argentina. Para el año 1895 los extractos de quebracho ya se exportaban a Europa y unas décadas más tarde se transformaron en el extracto vegetal más utilizado en el mundo. Durante los últimos años del siglo XX, las investigaciones sobre usos alternativos de los taninos permitieron la incorporación de los extractos de quebracho en un número creciente de aplicaciones. El Quebracho colorado tiene una madera persistente, casi imputrescible. Su nombre es deducido posiblemente de la idea de “quiebra hacha”. El duramen contiene extracto de tanino en un 38 % del peso total. El extracto de tanino sirve para curtir diversos cueros, razón por la cual esta especie se explotó masivamente. El árbol, con tantas propiedades significativas, también es usado en la medicina popular. Las hojas tienen muchas aplicaciones. Los Lengua-Maskoy tienen la creencia que la madera puede ahuyentar al alma del enemigo que ha sido matado. La madera al quemarse crepita tan fuerte que el alma se asusta y no hace ningún daño.

Un poco de historia : La Forestal

La Forestal es el nombre de una empresa argentina de capitales extranjeros que manejó buena parte de la actividad política y económica de un sector del norte argentino a fines del siglo XIX y a principios del siglo XX. Su nombre es tristemente recordado por haber significado la destrucción de una parte importante de los recursos naturales, la explotación de sus trabajadores y los oscuros contactos con el poder de turno.
Esta empresa de origen inglés, pero además con capitales franceses y alemanes, fue iniciada en 1872 a raíz de un empréstito perjudicial que la Argentina obtiene con la empresa Murrieta de Londres. Esta firma llevó a la desastrosa explotación de 1.500.000 hectáreas de quebrachales en el Chaco Austral (norte de la provincia de Santa Fe, sur de la provincia del Chaco y noreste de la provincia de Santiago del Estero). Según algunas versiones, la explotación llegó hasta la zona de El Impenetrable chaqueño. La empresa exportaba postes y durmientes para el ferrocarril, rollizos y, esencialmente,
tanino.


La firma se propagó y llevó adelante el usufructo, a saber: compra de tierras a precios miserables, subsidios de la Nación y de las provincias sin pagos de devoluciones y constantes sobornos a funcionarios públicos. Un caso por antonomasia era el de Lucas González, quien era uno de los representantes de la firma Murrieta en el país pero, a la vez, era el funcionario nacional encargado de negociar con la misma empresa sobre los alcances de la misma.
La Forestal resultó ser un gran negocio para sus múltiples dueños que contaba con ferrocarriles, puertos propios y pagaban a sus vapuleados trabajadores con vales que éstos a su vez debían de canjear en los almacenes de la mismísima empresa. El caso alegórico fue de Aniceto Barrientos de Villa Ana (Santa Fe) que, durante su vida de asalariado en la empresa, fue contabilizando cuántas veces recibía el mismo vale con el mismo número y llevando la anotación en un cuaderno registró 137 veces. La Forestal además tenía una fuerza propia de represión, la "gendarmería volante", financiada por la propia empresa y armada y uniformada por el gobierno provincial del gobernador Enrique Mosca quien sería luego candidato a vicepresidente por la Unión Democrática en 1945.

 Las grandes luchas obreras contra la empresa comenzaron en 1919 y que contaron con la colaboración de los anarquistas de la FORJA además de socialistas y sindicalistas libres.
La primera huelga en el mes de julio fue en reclamo de un aumento salarial, jornada de solo 8 horas de trabajo y suspensión de masivos despidos compulsivos. La segunda huelga, se produjo entre diciembre de 1919 y enero de 1920 en la cual el gobierno nacional movilizó a soldados del Regimiento de Infantería Nº 12 de Rosario con asiento en Rosario.
La tercera huelga en La Forestal del año 1922 fue la más importante y culminó con una salvaje represión, lo cual la "gendarmería volante" y otras formaciones parapoliciales impunemente patrocinadas por el gobierno de Hipólito Yrigoyen actuaron despóticamente con un saldo de centenares de muertos y 19 dirigentes huelguistas condenados a la cárcel.
En el cuaderno del capataz Aniceto Barrientos registraba lo siguiente: "a los muertos los apilaban uno sobre otro, le clavaban el cuchillo en la nuca por si estaban vivos, desde ese día tenía miedo de volver a trabajar porque nos miraban con odio, como si fuéramos perros sarnosos".

La firma se retiró del país en el año 1966 debido a la brusca caída de los aranceles internacionales de la madera y el tanino reemplazado por nuevos productos.
La Forestal dejó graves consecuencias económicas, ecológicas, y humanas. La acentuación de la tala del quebracho para la ganancia capitalista agotó ese recurso natural, en lo humano y económico el 95% de sus trabajadores no pudieron jubilarse, muchos perdieron sus hogares, las industrialización fue destruida y los pueblos se empobrecieron y su gente alimentó los suburbios de las grandes ciudades creando villas miserias.

Leyenda del Quebracho colorado

Desde pequeño, Puca Sonko había compartido la vida de la tribu; conocía la vida de la selva como si cada rincón de ella fuera su propia casa. Allí estaba feliz y los días transcurrían calmos mientras todos hacían algo para contribuir al trabajo diario.
Cuando el padre de Puca Sonko enfermó, él  fue nombrado cacique en medio de ceremonias colmadas de contento y adoración a los dioses. Pero un día, mientras la tribu se recogía al anochecer, llegó un chasqui con noticias para el joven cacique: tribus belicosas venían avanzando, despojando de sus posesiones a cuanta población encontraban a su paso.

Al día siguiente, Puka Sonko armó a los grupos que defenderían a su gente. Por la tarde partieron al encuentro del enemigo. Internándose cada vez más en la selva, Puca Sonko demostró audacia y coraje, lo que infundió valor a sus soldados. Y el tan temido momento se produjo de repente; un grito, muchos gritos; muchos hombres midiendo su bravura. Cuando todo quedó en silencio nuevamente, creyeron que habían logrado vencer al enemigo y que, a lo sumo, tenían algún herido. Los hombres se arrodillaron para agradecer a sus dioses. Pero el cacique sabía que no había concluido todo. Sus pálpitos no eran erróneos.
En ese mismo instante un grupo numeroso de enemigos los sorprendió, pero merced a los esfuerzos de Puca Sonko y los suyos, lentamente fueron dispersados.
La selva volvió a quedar en silencio, y los sobrevivientes, lastimados, buscaron al joven cacique: lo hallaron muerto junto al tronco de un árbol, sobre un charco de sangre al que llegaban sus raíces.
La parte inferior del tronco lentamente tomó un color rojizo; la sangre perdida era absorbida por el árbol, gracias a lo cual, la bravura de Puca Sonko seguiría circulando en un cuerpo vivo al que daría fortaleza extraordinaria.
Así, según los quechuas, nació el quebracho colorado.

Mate Cosido y La Forestal

Segundo David Peralta no era chaqueño. Nació en Monteros, Tucumán, en 1897. De joven salía con una chica que también le interesaba a un policía y el policía hizo lo que los policías vienen haciendo desde hace muchísimo tiempo: le inventó una causa para sacarlo del medio. Peralta escapó a Chaco.

En su vida usó siete nombres falsos pero tuvo sólo un alias, Mate Cosido, por una cicatriz oblicua sobre la frente, del lado derecho, de un centímetro. Eso dice su prontuario de Gendarmería, que lleva el numero uno. En la década del 30´ del siglo XX Chaco era territorio nacional y lo que no dice la ficha del bandido es que esa fuerza se estableció y organizó en el norte con el objetivo de atrapar a Peralta, tarea impulsada por las firmas Bunge y Born, Dreyfus, La Forestal (el monopolio inglés del quebracho colorado), y los dueños de estancias, a quienes Peralta robaba sin pausa acusándolos de explotar al obrero.

El 22 de diciembre de 1939, la banda de Mate Cosido secuestró al encargado de una estancia llamado Jacinto Berzón, pidiéndole a su familia 50.000 pesos de rescate con estas instrucciones: El 7 de enero de 1940, antes de que el tren llegase a Villa Berthet, a una señal debían tirar el paquete con la plata por una ventanilla. El día fijado, Mate Cosido y el Tata Miño, integrante de su banda, hicieron la señal con una linterna y el tren redujo la marcha, desde una ventanilla tiraron un paquete (tenía recortes de diarios) y ellos se acercaron. De pronto, una bengala iluminó el lugar. Mate Cosido quedó inmóvil con la 45 en la mano; había caído en la emboscada.
Los gendarmes se incorporaron y tiraron con carabinas Máuser y pistolas Ballester Molina calibre 38 a todo lo que se movía. También traían una ametralladora pesada Colt 7,65 que estaba tapada con una lona en un vagón bajo y sin techo.
Un balazo dio en la mochila que llevaba el Tata Miño y evitó que cayera muerto, pero su jefe sintió que algo le perforaba y quemaba la cadera, le habían dado. Mate Cosido estaba herido y expuesto justo frente de la ametralladora. Preparado para lo peor, de repente escuchó un chasquido, y otro más, y otro, el gendarme artillero se puso pálido, tenía a Mate Cosido a su merced pero en el apuro se habían olvidado de quitarle el seguro a la ametralladora, Mate Cosido no desaprovechó la oportunidad y corrió por su vida. Entre gritos y más tiros el enemigo público número uno del Chaco había escapado en la oscuridad de la noche.
El territorio del Chaco recién sería provincia en 1951 y en la década del 30 en ese territorio actuaba Gendarmería, la que se estableció y organizó en el norte con el objetivo de atrapar a Peralta presionada por empresas que aportaban grandes sumas de dinero para acabar con sus fechorías, como las firmas Bunge y Born, Dreyfus, La Forestal (el monopolio inglés del quebracho colorado) y los dueños de muchas estancias, a quienes robaba acusándolos de explotar al obrero.
Sin embargo la Gendarmería no pudo cumplir con su misión, y en aquella refriega en la estación de Villa Berthet fue la última vez que lo vieron. Hace más de 60 años, cuando escapó a la emboscada, Mate Cosido se convirtió en una leyenda –la del bandido benefactor– y también en un misterio jamás resuelto.
Peralta no era chaqueño. Nació en Monteros, Tucumán, en 1897. Tenía cinco hermanos. Al terminar la primaria trabajó en una imprenta, era culto y planificaba sus golpes al detalle, se lo conocía como el bandido de los pobres y escribió algunas notas en la revista Ahora en las cuales justificaba sus robos, explicando que los verdaderos ladrones eran los que explotaban al trabajador y al suelo argentino.
Su banda estaba formada por unos 15 hombres, entre ellos Pascual Miño, alias el Tata Miño; Eusebio Zamacola, alias el Vasco; Mauricio Herrera, alias el Indio; Antonio Rosi, alias el Calabrés, y Pedro Fitz, alias el Alemancito. Con ellos asaltó trenes y empresas; también a viajantes, pagadores y productores. Se escondía en los montes chaqueños y en Santiago del Estero y Tucumán. En Córdoba tenía una casa quinta tipo fortaleza donde vivía su mujer, Ramona Romano, y su hijo, Ricardo Fernando.
Dicen que conoció a Vairoletto apodado el bandolero romántico y que juntos perpetraron algunos asaltos, como el de marzo de 1938, en el que robaron al gerente de Quebrachales y en un tiroteo murió un civil. Vairoletto creyó que había un soplón entre los de Peralta y volvió al sur.
Mate Cosido dio más golpes en 1938 y 1939 hasta que con su banda secuestró a Jacinto Berzón, y es allí donde uno de sus hombres, Julio Centurión, que cuidaba al secuestrado, lo traiciona, dejó libre a Berzón y por sus informes la Gendarmería preparó la trampa del tren de Villa Berthet.
La herida en la cadera que se llevó Mate Cosido en esa emboscada fue muy seria. Dicen que escapó hacia Añatuya, en Santiago del Estero, y aunque los gendarmes le siguieron la pista y hasta encontraron su bombacha de campo manchada con sangre, nunca pudieron encontrarlo.
A mediados de 1940 se dijo que había muerto al infectarse la herida de la cadera; se dijo que se refugió en Córdoba; se dijo que la traición lo decidió a abandonar la delincuencia e irse a Paraguay donde pasó el resto de su vida, se dijeron muchas cosas, pero lo único cierto es que le decían Mate Cosido, tenía 43 años, escapó milagrosamente de una emboscada y nunca más se supo nada de él